Menos es más: 2 mensajes, 2 mentalidades.


Cuando Mies van de Rohe pronunció su famosa frase "menos es más", aludía a un nuevo estilo, nuevos criterios para una configuración arquitectónica. Supuso, en cualquier caso, un nuevo contrato formal, más que un compromiso utilitario como aún muchos pretenden, un nuevo libro de estilo.

Sin embargo, más allá de la interpretación habitual, un nuevo concepto empezó a calar en el procedimiento proyectivo de quien hace bien las cosas. Entender la frase como una consigna de modernidad fue una moda que sirvió para sacar a los artistas de su encierro creativo. Por el contrario, asumirla como una estrategia de síntesis es, cuanto menos, una pequeña victoria a las complejidades del proceso creativo.



Porque "menos es más" puede ser cierto, o puede que no; pero cuando se habla de la capacidad sintética, la síntesis es poder.

Gary Kasparov dijo una vez:
“Los ordenadores calculan mejor que nosotros. Entonces ¿Cuál es la razón de nuestra supremacía? La respuesta es: la síntesis, la habilidad de combinar la creatividad y el cálculo, el arte y la ciencia, en un todo que es mucho más que la suma de sus partes.”

Por eso cuando hacemos uso de nuestra capacidad de síntesis y somos capaces de combinar los objetos del diseño en la creación de un "ente superior", estamos interpretando y usando en nuestro beneficio, conceptos propios de la naturaleza del ser humano. En concreto, recreamos, con mayor o menor destreza, su forma de interpretar la información que obtiene mediante los sentidos.



Así que, mientras la mentalidad decorativa entiende el mensaje como el reflejo de un estilo, la mentalidad artista lo entiende como la preocupación por el orden, la organización del conjunto en la búsqueda de objetos superiores.

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